lunes, 10 de agosto de 2009

I LOVE 80'S


Da gusto pasear estos días por la ciudad, quien pueda soportar este enorme calor, claro. Y ver en los escaparates los colores de los ochenta. Los que tenemos recuerdos de esta época, siempre nos viene a la retina la imagen de una juventud envuelta en colores chillones. Después de algunas temporadas en las que las firmas nos han ido avanzando lo que estaba por llegar. Ya podemos anunciar que los ochenta en estado puro están aquí.

Sin duda fue la década en que la juventud fue la protagonista. Ellos hicieron del ingenio su forma de vida. Su afán creativo y artístico les convirtió en improvisados genios que supieron aprovechar esta oportunidad con muy pocos medios. Yo de pequeño, solo quería ser mayor para ser como ellos.

En los ochenta volvía a estar de moda ganar dinero, quedando así atrás el rechazo a la riqueza de los años setenta. Había que vestirse bien y no interesarse por la política. Una década de contrastes y consumismo.

“En los ochenta hubo un movimiento tan importante porque todo el mundo convivía”

Pero los ochenta no fueron para nada unos años fáciles. Nuestra sociedad no estaba preparada ni económica ni culturalmente. Todavía llevando a cuestas una educación retrógrada y censora, se produjo un laberinto de contradicciones y enormes contrastes rodeados de muy poca información. Desinformación que llevó a muchos de estos revolucionarios a la oscuridad de las drogas y el SIDA. Causando estragos a principios de los noventa. Aún hoy en día seguimos notando sus coletazos.

Aparece el yuppie (young urban profesional) Aquellos jóvenes ambiciosos y áltamente cualificados que buscan prestigio en su trabajo y elevados ingresos. Quien realmente quería estar a la moda debía trabajar por lo menos 12 horas y luego ir de fiesta por la noche. Para el día los trajes de chaqueta con estilo agresivo y muy entallado, enormes y exageradas hombreras que mostraban poder. La falda corta y estrecha combinada con elegantes blusas. Para la noche prendas que rayan el histerismo, faldas globo y mangas abullonadas. Todo en tejidos brillantes de estridentes colores. Los japoneses revolucionaron con sus prendas holgadas y desestructuradas. El HIP-HOP y el RAP aportan a la moda camisetas maxi, las gorras y las zapatillas de baloncesto “black is beautiful” y el acid nos llena de ropa fluorescente.
Esta moda de cintura de avispa y grandes hombros, obliga a mantenerse delgado y machacarse en el gimnasio para conseguir un buen tipazo. Cada día anunciaban una dieta nueva. Gracias a esta obsesión por el ejercicio físico hace que la moda incluya prendas deportivas; Llegan los leggings, los calentadores y ropa de lycra. Ya estamos pensando todos en Miguel Bosé, Eva Nasarre y su peluquero.
No nos podemos olvidar de “Corrupción en Miami” que nos trajo el sol, la playa y las palmeras muy diferentes a las de Andrés Pajares y Fernando Esteso. Las fiestas, los cócteles, la cocaína. Los trajes de diseñadores, las gafas Ray-Ban y los machos. ¡Corrupción en Miami era lo más! ¿Y que sería de nosotros sin los estilismos de Linda Evans y Joan Collins en Dinastía? Madonna, Alaska y almodóvar. Freddie Mercurie y tantos otros.

Pero en España esto fue muy diferente “Aquí no había nada, te lo tenias que hacer tu o reciclarlo de tu madre” nos comenta Carmen Felipe, Directora de Colecciones de NOVISSIMA.
“Te comprabas unos Lee, los mas estrechos que encontrabas y te los entallabas mas hasta que parecía que ibas a reventar”. Entre risas nos cuenta como se las apañaban para arreglarse; “Ni siquiera teníamos tintes para el pelo, si conseguías que te los trajera alguien de Londres y si no experimentabas como podías. Nos hacíamos unas decoloraciones que no se como no estamos todos calvos”, “Y los que éramos punkies la cresta con el O,CEDAR de limpiar los muebles, limón o cerveza”

Carmen sabe muy bien de los ochenta, a ella la pilló estudiando diseño de moda y nos cuenta como vivió la movida madrileña. Recuerda perfectamente a los yuppies con las mangas remangadas, las corbatitas estrechas y los pantalones estrechos y pesqueros en los tobillos. A ellas con los calcetines blancos de canalé y las sandalias de tacón, mucho tacón. Y esos pelos permanentados y de volúmenes imposibles contrastando con un flequillo perfectamente liso moldeado con un rulo.
“En los ochenta hubo un movimiento tan importante porque todo el mundo convivía” Ella nos explica como los estudiantes de diseño, fotografía, pintura o músicos estudiaban juntos. “Todos juntos provocamos esta creatividad, la intercomunicación de todas las expresiones artisticas provocó la movida”. Pero nos insiste mucho en que no fue todo tan bonito como nos lo cuentan. “Estaba de moda drogarse, no había información y muchos, muchos se quedaron en el camino.”

"Aquí no había nada, te lo tenias que hacer tu o reciclarlo de tu madre”

Y como no recordar cuando vemos las fotos nuestra comunión tantos años después. ¿Y le preguntas a tu madre por esos estilismos? “¿Mama por que?”, “¿Mama que te indujo a ello?”, “Mama vaya cuadro” Pues ir tomando nota y pedir hora en la peluquería para haceros la permanente. Yo ya me he dejado bigote, los ochenta están aquí.

Empezar por ir al armario y deshaceros de todas las camisetas ajustadas. Cuando digo todas, ¡digo todas! Para salir del paso podemos arramplar con camisetas de nuestro padre, hermano o novio, a ser posible las mas grandes y ponérnoslas apretando el cinturón al máximo. ¡He dicho al máximo! Esto nos saca del apuro hasta que cobremos al mes que viene. Y tranquilas que no es la primera vez que cambiamos de look de un mes para otro, somos capaces de hacerlo en una semana.
A primero de mes os quiero a todas en primera línea de probador con 14 prendas en cada mano. Ya sabéis: Viva la falda globo y la manga abullonada, todo muy fluorescente. Para ir a trabajar los trajes a la cintura, el corte a cadera murió ya. Viva la hombrera y los pendientes grandes, el fluor, snoopy y el pantalón de chándal con cadenón. Y si todavía os queda alguna duda alquilaros Flashdance, Dirty Dancing o Fama.

Yo sólo quiero a leroy.